lunes, 11 de abril de 2011

SI YO FUERA SENADOR

Por Gabino Martínez Guzmán
Adán trae un cohete en el culo. Da banderazos aquí y allá, pone la primera piedra de una obra. Inaugura aquí la puesta de un ladrillo, le regala una silla a un tullido, unos lentes a un ciego, un protector auditivo a un sordo, un puente a un desmolado, le regala un metro de banqueta a una colonia. Pone un puente colgante en el arroyo seco. Trae su porra ambúlante que lo acompaña a cada acto, lo mismo que fotógrafos y camarógrafos; corre para un lado y para otro, con los ojos desorbitados y la boca seca jadeando como un perro asoleado. ¿Qué o quién le dio tanta cuerda para ese activismo paranoico?: nadie, el solito, sus ansias frenéticas por ser senador. Esa aspiración lo, convertía en un remolino de pasiones e intereses.

El pueblo votó por Adán para que fuera su presidente, y este hizo un rosario de promesas, las cuales no ha cumplido ni el 5; y no obstante, ya quiere saltar a un escaño. Y lo grave es que está gastando el dinero de nuestros impuestos para hacerse publicidad y propaganda personal. Un dinero que debería invertir en obra y servicios. Adán está desviando recursos del erario municipal. Hace una obra que tiene un costo de 10 mil pesos y gasta 30 mil en publicidad. En esta forma nos sale más caro el caldo que los frijoles.

Adán debe saber y si no lo sabe, alguien le tiene que decir, que es un simple mandatario, que la época del absolutismo ya pasó; que únicamente debe hacer las obras que sus mandantes necesitan y le digan. No debe andar a trote y moche como un burro sin mecate. Los regidores de oposición deben acotar ese furor movediso que trae sin ton ni son, pues Adán está confundiendo actividad con movimiento.

Los regidores deben también pedirle a este presidente movible, que se ajuste al plan de gobierno, del cual deben formar parte principal las promesas de campaña. De lo contrario, estará obrando por ocurrencias como si fuera una gallina descabezada. Y Durango no está para que sus mondatorios quemen el dinero en ocurrencias o para que se echen incienso a costa del raquítico presupuesto, al cual debe ser empleado en las obras que el pueblo y la ciudad están pidiendo a gritos.

Si los regidores no llaman a cuentas a este presidente que quiere imitar a Ismael I, el pueblo deben organizarse, y exigirle que obre con cordura y que cumpla con las obras que el pueblo le pidió y le está pidiendo, las cuales sean prioritarios y muchos de ellos impostergables. Si la sociedad espera que los partidos políticos hagan esa tarea, ya pueden comprarse una silla para sentarse, pues no lo han hecho por largos años, y no lo harán ahora; sencillamente porque a los regidores de oposición les tapan la boca con fajos de billetes, y los partidos tienen sus igualas en efectivo, en despensas, en material como laminas, cemento, etc. Como todos los políticos son corruptibles, se corrompen a cada paso y en la primera oportunidad, pues por esa posibilidad andan en la política y no por otra cosa. Son seres que andan buscando con desesperación quien los pueda corromper.

Si Adán Soria no cumple las promesas que hizo en campaña, los regidores deben impedir que abandone el cargo, aunque para ello tengan que emplear todos los medios y recursos que puedan. Adán fue electó para presidente municipal por tres años; y tres años debe desempeñar ese cargo. Si se confabula con los regidores priistas los cuales son mayoría en el cabildo, los regidores de oposición deben protestar y hacer público el hecho de que Adán no cumple sus promesas, y no cumple con el mandato que le otorgó el pueblo y que por ende esta inhabilitado para que ese mismo pueblo le otorgue otro mandato, pues ya saben que es un hombre que no cumple sus compromisos.

Desgraciadamente nuestro pueblo se deja hipnotizar por la guerra de spots de la televisión y se olvidan que este chapulin no cumplió en la presidencia, y si no cumplió allá, no cumplirá en ninguna parte. Estos sujetos abominables tan solo utilizan o usan al pueblo como escalera para encumbrarse y hartarse de dinero. Pero el pueblo sigue igual, sin trabajo y en la miseria. ¡Ya basta! Dios mío ábrele los ojos a estos invidentes y devuélveles la voz, la hombría y el honor de Duranguenses.

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