martes, 28 de junio de 2011

EL FUTURO NEGRO DE LA VIDA.

Gabino Martínez Guzmán y Gabriel Castillo

Nadie nos garantiza que el mundo evolucione hacia determinados estadios; hacia ciertos paraísos. Puede haber acercamientos a algunos aspectos de la utopía en el sentido tradicional, pero es difícil que se dé ese paraíso. Tal vez convenga ver la utopía como una especie de motor que nos impulsa a lograr algo, a seguir adelante, con el convencimiento de que no necesariamente este mundo debe mantenerse como está o empeorar, sino que también existe la posibilidad de que mejore.

Para que la sociedad sea menos salvaje, necesitamos primero cambiar al hombre, y para cambiar al hombre, necesitamos cambiar la sociedad. Este círculo viciosos por algún lado tiene que romperse, pero tenemos que dejar transcurrir el tiempo, mucho tiempo. Esos cambios serán fruto de una evolución lenta. Una revolución puede cambiar las circunstancias socioeconómicas de un país, pero si éstas, las controlan los mismos hombres, terminarán por degenerarlas. Ahí está Rusia, que es un ejemplo patético. Lo que se abre como alternativa es trabajar con las nuevas generaciones en dos sentidos: por una parte, con los jóvenes que forman parejas y se convierten en nuevos padres. Hacerles ver la importancia de construir otro tipo de relación con sus hijos, en la idea de formarlos para sentar las bases de otro tipo de sociedad, que venga a sustituir a ésta donde el salvajismo demuestra que falló la llamada civilización y que es necesario recuperar la noción de cultura en el sentido humanista. Por otra parte, atender desde la más temprana edad a los niños que ingresan al sistema educativo, bajo la idea de rehacer las escuelas para que retomen la función de socialización primaria que tiene que ver más con la formación que con la instrucción ( trabajar los hábitos, las actitudes, los valores, el desarrollo del carácter, de la personalidad). Se requiere reeducar a los maestros y educar a los padres para que se puedan formar las nuevas generaciones con posibilidades de transformar la sociedad, enfrentando la situación heredada con la conciencia de que puede ser mucho mejor. Efectivamente esto llevará tiempo.

El proyecto real de la izquierda legal es un proyecto liberal con cierta mejoría de las mayorías, pero nada más. Nos daremos por bien servidos si establece un régimen como el de Echeverría, pero sin el despilfarro que le fue implícito. Aunque nos queda claro que hoy la opción no son los grandes proyectos nacionales pues no hay condiciones para sostenerlos. Está emergiendo la tendencia a considerar la alternativa de generar muchos pequeños proyectos desde abajo, en familia, en asociaciones civiles, en organizaciones sociales. Se trata de ir transformando nuestro entorno y de ciudadanizar la política, entendiendo ésta como la posibilidad de dar rumbo, dirección, a los procesos sociales, económicos, culturales, con plena conciencia de que la realidad social no sólo se observa o se estudia sino también se construye. Hay que quitar el monopolio de la política a los partidos y volverle a dar la centralidad que le corresponde desde la perspectiva ciudadana.

Sabemos que Estados Unidos estará ahí con todo su poder y nadie le podrá tocar nada porque desestabilizaría el país en un dos por tres. Los ricos están y estarán ahí; al clero no lo podrán desaparecer ni yendo a bailar a Chalma. Las cosas medio cambiarán para que todo siga igual. Pero no podemos perder la esperanza, ni negarnos la posibilidad de contribuir aunque sea todavía en forma limitada a un cambio real.

Tenemos el ejemplo de Cuba, es un Estado donde hay cierta mejoría en algunos rubros que están dedicados a las mayorías, como la salud, educación, deportes etc. pero en otros aspectos el pueblo vive con carencias. Además el hombre sigue siendo el hombre viejo con sus apetencias ramplonas por todo lo que brilla y suena, por los buenos olores y la buena comida y quizá hasta un interés reducido por el arte, la buena literatura, la libertad. En particular, la libertad tiene una importancia vital. Un pueblo con libertad o que se crea libre, es un pueblo que buscará su destino, y que cuando son muchos los involucrados pueden arribar a situaciones aceptables de convivencia humana. Por ello es fundamental trabajar con las nuevas generaciones, para que sea la subjetividad lo que se transforme y, desde ese cambio interior, de mentalidad, se generen las condiciones objetivas de la nueva sociedad.

Sin embargo no deja de ser difícil, casi podría decir que imposible, que el hombre llegue a vivir o a construir una sociedad donde se sienta contento, realizado, que le permita hacer posibles sus sueños o al menos que le permita intentarlos. Pero si luchamos por cambiar el mundo que vivimos y no lo logramos, nos podemos acercar a uno menos cruel a éste en el que estamos viviendo. Esa sociedad será mil veces preferible a este mundo donde tienes que dedicarte toda la vida para llevar comida para ti y los tuyos, en una permanente enajenación. Donde los apuros y el cansancio no te dejan tiempo de tener ilusiones, de ver la vida que vives, de hacer amigos o realizar tus sueños. Te vas de este mundo como llegaste. Pobre de todo. Vivir así, o no haber existido, es lo mismo. Por ello vale la pena no ver esto como un inevitable destino y luchar porque sea diferente.

lunes, 27 de junio de 2011

CUANDO LOS PRIISTAS FUERON SACADOS DEL PRI.

Gabino Martínez Guzmán.

Lo que a nivel nacional sucedió en 1982, en Durango aconteció hasta el 2004. La derecha se apoderó del cascarón del PRI, que era la recamara del Estado y llegó al poder y se encumbró en todos los aparatos del Estado.

El hijo de un panista irredento fue el autor de esa hazaña, Don Ismael Hernández Deraz. No hay duda que fue una labor de extrema inteligencia. Ismael infiltro al PRI, el joven irradiaba simpatía hasta por los poros. Tanto Maximiliano Silerio como el Lic. José Ramírez, lo cobijaron y lo apapacharon. Él se dejo querer pero no se entregaba a nadie, jugó con los viejos lobos.

Para la penetración en la cueva de ali babá, Ismael contó con la ayuda del clero de Durango, en aquel entonces personalizado por Don Antonio López Aviña, quien le sobó el lomo al triunvirato que estuvo en el poder desde 1968 hasta el 2004.

La relación de Ismael con Silerio y Ramírez Gamero era excelente, los cuales le ayudaron a subir y a crecer; le abrían camino, le quitaban obstáculos y Don Ismael creció y creció y cuando se sintió con las alas fuertes, los sacó del PRI y se deshizo de todos ellos.

El comienzo del final de este sainete estuvo más o menos así. En 1998, Ismael ya estaba fuerte, en cierta forma coadyuvó aquí en la Capital para que el Lic. Guerrero Mier pudiese levantar la campaña, pero el viejo lobo tuvo que sufrir y aguantar los caprichos mediáticos de la maravilla del Mezquital. Ya ambos en el poder, el Lic. Guerrero utilizó a Ramón Guzmán para que se topeteara con el presidente Ismael. Excuso decirles quién fue el ganador.

El Lic. Guerrero Mier toreó a Ismael un rato, hasta que éste dejó la presidencia y se fue de senador. Pero fue solo un respiro, pues Ismael al día siguiente que fue investido con la aureola senatorial, empezó su campaña para gobernador. Guerrero Mier se puso a la defensiva y al final tuvo que aguantar las truculencias de Ismael y la traición de amigos.

Ismael hizo trampa para ser nominado candidato del PRI, ayudado por el sultán de Morelos, el señor Jorge Meade. Ismael era tan fuerte que podía ser gobernador por el PRI, por el PAN y hasta de candidato independiente. Guerrero Mier permitió que lo trampeara con tal de que no le fracturara el PRI y le ganara la gubernatura con las siglas del PAN. Guerrero Mier dijo para sus adentros: "Primero muerto, antes que dejarme matar".

En esta forma, aparentemente el PRI no se fracturó, pero se saturó de panistas vergonzantes y fueron tantos y tan jóvenes que por el simple principio de desplazamiento de Arquímedes, los priistas fueron a parar al museo de antigüedades. Con los panistas en el PRI, la derecha tiene dos partidos: el PRI y el PAN; incluso, los que arribaron al PRI son más derechistas que los derechistas del PAN, pues la mayoría son de ultraderecha.

Desgraciadamente los viejos priistas no se dieron cuenta dónde les robaron el caballo en que estaban montados y piensan que el PRI actual es el viejo PRI y sueñan con recuperarlo. "No comprenden lo que está pasando, porque ya pasó lo que estaba entendiendo".