Por: Gabino Martínez Guzmán
Si Gonzalo hubiese apoyado a la coalición, el triunfo de Aispuro habría sido bastante holgado. Las miles de trampas que hicieron Ismael y Jorge Meade, para que ganara Herrera Caldera hubiesen resultado inútiles. Incluso, los asaltos a mano armada a cientos de casillas en el Mezquital, El Salto, Otáez, hubieran sido infructuosos. Lo mismo que el robo de urnas aquí en Durango y en Gómez Palacio, donde el PRI sabe que el PAN las gana con amplio margen.
Herrera Caldera no ganó una sola casilla en la ciudad de Durango, en Gómez Palacio ganó con trucos y en Santiago Papasquiaro perdió, lo mismo que en Victoria y Cuencamé. Salvo Gómez y Lerdo, Aispuro ganó los municipios con más electores, específicamente el de la capital que tiene 35% de la población de todo el Estado.
Yo se que Dios no caza moscas, pero por favor don Jorge Herrera usted no ganó. Usted se está burlando del pueblo y de Dios en quien tanto cree. Si de pura casualidad llegara a darse un motín por el descontento del pueblo, no vayan a andar llorando ni escondiéndose en los conventos.
El PT cogobernará con el PRI, porque sin ellos Caldera no sería gobernador electo. (Sub-judice). En un principio le prometieron a Gonzalo la presidencia municipal y además los recursos necesarios, pero sobre todo la postulación por parte del PRI de un candidato perdedor. Ismael cumplió, pero como buen político, a su gallo le metió un cúmulo de recursos como si fuera candidato a gobernador. Pero además, su estrategia publicitaria resultó muy efectiva, pues la estructura y la redacción publicitaria ensamblaban a la perfección con el texto y la imagen. Sus efectos eran mesurados, pero pulcros y poco a poco fue conquistando la conciencia del elector. Mientras que el pueblo veía que el candidato del PT que hacía una propaganda cirquense y el del PAN cargaba con el costo de una política federal que el pueblo reprobaba y reprueba todos los días.
Pero a pesar de todo, Gonzalo iba arriba en las encuestas, pero en los 10 últimos días se desplomó al cometer una cadena de errores imperdonables.
La osadía gansteril de vender la declinación de la gubernatura del Estado a Marcelo Ebrard a favor de José Rosas Aispuro y a la vez sacarle dinero al gobernador el mismo día 25 de junio. Uno no sabe si fue por no irse a la coalición o de plano vendió también la elección de la Presidencia municipal.
Gonzalo creyó que estaba en el DF donde todo se diluye y difumina, pero en un pueblo como Durango todo se sabe; incluso, los mismos compradores se encargan de divulgar el dinero que recibió Gonzalo de parte del gobernador.
Estás trácalas, la gente tarda en olvidarlas y cuando se estructura la memoria histórica, las traiciones al pueblo se quedan grabadas para siempre.
El PT hace una política como la de aquellos atletas de la “lucha libre”, donde aparentan que golpean, pero todo es puro simulacro, y mucha gente cree que en realidad hay una pelea de verdad. Son una especie de artistas de la maroma y el escándalo. Así es el PT, aparenta ser un rudo luchador, cuando en realidad está de acuerdo con su rival y de antemano se sabe quién va a perder y quién va a ganar. Todo está arreglado entre los capos. Sólo el pobre pueblo es el inocente que les cree a estos mercenarios de la política.
Rodolfo Dorador y Gonzalo Yáñez eran senadores y siguen de senadores. Ambos que querrían ser presidentes municipales y ninguno lo fue. Si Dorador hubiese aceptado que Gonzalo fuera candidato a presidente municipal por la coalición, Aispuro ahorita sería gobernador del Estado, Gonzalo presidente municipal y Rodolfo seguiría en su curul; pero se le reconocería como un político flexible e inteligente. Desgraciadamente se inclinó más por sus intereses personales que por los intereses del PAN.
Es cierto que la coalición la componían varios partidos, pero el único que tenía gente y estructura era el PAN. En estas condiciones el PAN le iba a quitar un Estado al PRI. Pero Rodolfo prefirió que ganara el tricolor a que ganara el PAN. Herrera Caldera le debe la gubernatura a don Rodolfo Dorador. Herrera Caldera tiene que pagarle el favor, se lo merece, hizo buen trabajo. Si lo realizó deliberadamente es una traición al PAN; si fue sin proponérselo, pues pónganlo en una tiendita, alguna mercería o algún ranchito. Pero si sigue participando en política necesitan mandarlo a San Juan de Guadalupe o a Villa Ocampo; es decir, en aquellos lugares donde hagan menos daño. En lo personal, no creo que lo haya hecho intencionalmente, más bien le ganaron los caprichos irracionales. Pero desgraciadamente, un político no puede actuar por afectos o desafectos, sus actos deben estar determinados por el cálculo inteligente.
Muchas veces los mejores tiene que ser triturados, precisamente porque son mejores, pero cuando esto sucede, se tritura la razón.