Gracias al PRI Calderón se apoltronó en el poder. Sin la complicidad de los capos del PRI, don Felipe no hubiese asumido el cargo presidencial, en el 2006. Todos recordamos como el PRI y el PAN se aliaron en el último momento para despojar del triunfo al PRD. Hoy este partido quiere cobrarle la factura al PRI. Es el juego perverso de la política en su más baja expresión.
La guerra como la política es un asunto de astucia y de correlación de fuerzas; no por nada Sun Tzu afirmaba que “si un enemigo tiene aliados, el problema es grave y la posición del enemigo es fuerte. Pero también es cierto que en política hay sumas que restan y otras que multiplican; todas estas cuestiones tienen que valorarlas los involucrados en la contienda política del 2012. Lástima que el PRD haya caído en el juego de las fuerzas guardianes del status quo y sólo les interese las posiciones formales del poder y no como lo haría una fuerza de izquierda auténtica, donde la alianza debe girar en torno a un programa de gobierno, en el cual se favorezca a los trabajadores, a los excluidos y en todo se le otorgue prioridad al medio ambiente. Una alianza que carezca de estos componentes, es una simple asociación de pillos en busca de un botín.
La historia nos demuestra varias alianzas que se han dado en diferentes países y en diferentes épocas. En Francia en 1789, donde la burguesía se unió a los obreros, artesanos y campesinos, para quitarle el poder a la clase terrateniente o aristocracia. En Alemania Bismark, cabeza de los terratenientes se une a Fernando Lassalle, líder del movimiento obrero alemán; con esta alianza Bismark mantuvo alejada del poder a la burguesía industrial y mercantil. Se puede afirmar que la clase obrera y los terratenientes eran enemigos históricos; sin embargo, se efectuó esa alianza de contrarios, gracias a ello, el movimiento obrero alemán crecía muchísimo a fines del siglo XIX y donde por primera vez, los obreros obtuvieron curules en el parlamento. Pero además, se conformó el Partido Social Demócrata Alemán, que fue el pionero de los partidos de obreros.
Igualmente es demasiado conocida la alianza que celebraron dos enemigos a muerte: Mao Tse-Tung y Chïang Kai-Shek. Ambos se unieron en contra de un enemigo de los dos: los japoneses.
Las alianzas políticas no son pecaminosas por sí mismas; eso depende de los objetivos que se persigan. Si en esta coyuntura, según el decir de muchos, “Los chuchos” se están aliando en un enemigo histórico de la izquierda, no es menos cierto que López Obrador le está haciendo el juego al PRI, que también es enemigo histórico de la izquierda, sobre todo de 1982 a la fecha.
La izquierda se encuentra en una encrucijada. Necesita hacer un análisis profundo para determinar cuál es su enemigo principal o dominante. Y una vez determinada la contradicción dominante, aliarse con el otro, pero bajo un programa que favorezca todos los intereses que enarbola la izquierda. En estas condiciones, la izquierda puede determinar quién será el ganador en la contienda presidencial del 2012. Pero necesita mantenerse unida, y esto es más difícil que cruzar el Atlántico a pie. Es más probable que vuele un conejo que la izquierda mexicana actual permanezca unida, ya que, salvo algunas honrosas excepciones, está compuesta por haraganes sin principios de ninguna índole.
Es triste el escenario que priva en México, han envilecido la política más de la cuenta, en tal forma que meterse en ella es como meterse en una cloaca, pero previamente debe recordar el letrero que según Dante estaba a las puertas del infierno: “Déjese aquí todo principio y todo lo que es decencia”.
07 de marzo de 2011
La guerra como la política es un asunto de astucia y de correlación de fuerzas; no por nada Sun Tzu afirmaba que “si un enemigo tiene aliados, el problema es grave y la posición del enemigo es fuerte. Pero también es cierto que en política hay sumas que restan y otras que multiplican; todas estas cuestiones tienen que valorarlas los involucrados en la contienda política del 2012. Lástima que el PRD haya caído en el juego de las fuerzas guardianes del status quo y sólo les interese las posiciones formales del poder y no como lo haría una fuerza de izquierda auténtica, donde la alianza debe girar en torno a un programa de gobierno, en el cual se favorezca a los trabajadores, a los excluidos y en todo se le otorgue prioridad al medio ambiente. Una alianza que carezca de estos componentes, es una simple asociación de pillos en busca de un botín.
La historia nos demuestra varias alianzas que se han dado en diferentes países y en diferentes épocas. En Francia en 1789, donde la burguesía se unió a los obreros, artesanos y campesinos, para quitarle el poder a la clase terrateniente o aristocracia. En Alemania Bismark, cabeza de los terratenientes se une a Fernando Lassalle, líder del movimiento obrero alemán; con esta alianza Bismark mantuvo alejada del poder a la burguesía industrial y mercantil. Se puede afirmar que la clase obrera y los terratenientes eran enemigos históricos; sin embargo, se efectuó esa alianza de contrarios, gracias a ello, el movimiento obrero alemán crecía muchísimo a fines del siglo XIX y donde por primera vez, los obreros obtuvieron curules en el parlamento. Pero además, se conformó el Partido Social Demócrata Alemán, que fue el pionero de los partidos de obreros.
Igualmente es demasiado conocida la alianza que celebraron dos enemigos a muerte: Mao Tse-Tung y Chïang Kai-Shek. Ambos se unieron en contra de un enemigo de los dos: los japoneses.
Las alianzas políticas no son pecaminosas por sí mismas; eso depende de los objetivos que se persigan. Si en esta coyuntura, según el decir de muchos, “Los chuchos” se están aliando en un enemigo histórico de la izquierda, no es menos cierto que López Obrador le está haciendo el juego al PRI, que también es enemigo histórico de la izquierda, sobre todo de 1982 a la fecha.
La izquierda se encuentra en una encrucijada. Necesita hacer un análisis profundo para determinar cuál es su enemigo principal o dominante. Y una vez determinada la contradicción dominante, aliarse con el otro, pero bajo un programa que favorezca todos los intereses que enarbola la izquierda. En estas condiciones, la izquierda puede determinar quién será el ganador en la contienda presidencial del 2012. Pero necesita mantenerse unida, y esto es más difícil que cruzar el Atlántico a pie. Es más probable que vuele un conejo que la izquierda mexicana actual permanezca unida, ya que, salvo algunas honrosas excepciones, está compuesta por haraganes sin principios de ninguna índole.
Es triste el escenario que priva en México, han envilecido la política más de la cuenta, en tal forma que meterse en ella es como meterse en una cloaca, pero previamente debe recordar el letrero que según Dante estaba a las puertas del infierno: “Déjese aquí todo principio y todo lo que es decencia”.
07 de marzo de 2011