viernes, 20 de agosto de 2010

EL TRIBUNAL ELECTORAL SE CAGÓ EN LA LEY

Por: Gabino Martínez Guzmán

Mis disculpas por emplear el término vulgar de evacuar. Pero lo que hicieron los “magistrados” electorales no tiene madre. Cobran un dineral por camuflar las órdenes del gobernador. Ni la ley que el mismo poder hizo respetaron a pesar de que les daban todas las ventajas. Esto sucedió porque los hechos rebasaron el mapa mental que tenía Ismael para estas elecciones. Pensó que imponer su heredero sería un día de campo y le resultó un viacrucis. A tal grado que se vio obligado no sólo a realizar personalmente una intensa campaña electoral, sino recurrir a métodos gansteriles de robarse las urnas a punta de pistola, como en la década de los 30´s del siglo pasado. El alma de Gonzalo N. Santos se encarnó en el cuerpo y mente del gobernador. Ojalá que ahora no se le ocurra transmutarse en Porfirio Díaz, reforme la Constitución y reelegirse.

El pueblo no haría pucheros porque la gran mayoría no tiene idea qué es un gobierno representativo y los pocos que saben no tienen medios donde expresar su inconformidad. Durango vive en una dictadura, todos los medios están controlados por el Ejecutivo y únicamente aceptan aplausos, halagos e incienso para el gobernador-dictador.

En estos días vemos como en la prensa aparece una plaga de desplegados de apoyo para el delfín del gobernador y para éste mismo. La prensa sólo publica los aplausos de la claque.

Es triste reconocerlo y admitir que en Durango no hay libertad de prensa. Y esta ausencia la vamos a lamentar por largo tiempo. La prensa está castrando la juventud inquieta.

Antes, cuando las elecciones las hacía el gobierno directamente, cuando el mismo elaborador, el padrón electoral, creaba las secciones electorales, nombraba a los representantes de casillas, y los integrantes de éstas votaban por los “ciudadanos” en un 90% de la votación registrada, el gobierno hacía el escrutinio, el gobierno hacía el cómputo y el gobierno declaraba ganador al candidato del gobierno. Esto se hacía hace 30 años.

Luego vino todo un proceso de lucha y reforma electoral y se crearon una serie de instituciones, supuestamente para que las elecciones fueran democráticas. Se creó el Registro Nacional de Electores, encargado de hacer y depurar el padrón de electores. Se creó el Instituto Electoral, encargado de hacer las elecciones y conformado con “ciudadanos” electos por el Congreso (dominado por el PRI) y por representantes de los partidos de oposición (maiceados por el PRI). Luego se creó el Tribunal Electoral para conocer y resolver las violaciones a la ley que cometiera el Instituto Electoral.

Con la creación de estas instituciones se suponía que se podían realizar unos procesos electorales medianamente limpios, por el equilibrio y los contrapesos de estas instituciones. Pero hoy vemos que las elecciones son una copia al carbón de cómo se hacían antes. El que hace y deshace es el Ejecutivo del Estado, las instituciones creadas son solo organismos para camuflar las decisiones del Ejecutivo, para que no se vea descaradamente que la dictadura es una dictadura. Cambiaron las cosas para que siguieran igual.

¿Cuándo cambiará esta dictadura simulada? Cuando el pueblo tenga bienestar económico, una buena educación y cultura política. No puede haber democracia donde no hay ciudadanos. No puede haber mineros donde no hay minas. Cuando no teníamos automóviles y un intenso movimiento vehicular, no podíamos tener agentes de tránsito. Cuando tengamos trabajo bien pagado, industrias nuestras y universidades de calidad real, entonces surgirá la vida política, libertad de prensa, ciudadanos y con ello la democracia.

Mientras tanto, nos resulta muy caro sostener esas instituciones electorales únicamente para simular una democracia. Empecemos madrugando un poco, ser realistas y tener o crear únicamente lo que nuestra sociedad requiera. Ese dineral que se derrocha en esos adornos electorales, mejor hay que invertirlo en educación.

En conclusión: el I. Electoral y de participación ciudadana, así como el tribunal electoral deben suprimirse. Nuestra “democracia” no los necesita, son innecesarios. Al igual que las salas ratificadoras en materia electoral del poder Judicial de la Federación.

¿No ha tenido usted la oportunidad de ver un conjunto de cerdos bañándose en un lodazal? Es exactamente lo que hacen los políticos. O quizá peor, porque el pueblo pagó y paga por crear unas instituciones políticas para humanos, y los políticos los han convertido en un trochil.

martes, 17 de agosto de 2010

LIC. JOAQUÍN MARTÍNEZ GARZA

DIRECTOR DEL SOL DE DURANGO
PRESENTE.





Estimado señor:

Yo sé que no soy santo de su devoción, pero vengo a pedirle que conceda el derecho de réplica a los insultos y difamaciones que el domingo expresó en mi contra el señor Alejandro González Yáñez.

Para ello, le anexo un escrito donde le contesto a Gonzalo su difamación. Pienso que tengo derecho a esta petición, porque la expresión de traidor que me hace Gonzalo, me afecta moral y socialmente y yo no puedo callarme ante tanta bajeza.

Espero su comprensión y que haga un ejercicio de empatía.




A T E N T A M E N T E

VICTORIA DE DURANGO, DGO., A 16 DE AGOSTO DE 2010


 
LIC. GABINO MARTÍNEZ GUZMÁN.

UN PILLO PARANOICO QUE SE DICE HONRADO Y CUERDO

Por: Gabino Martínez Guzmán


Qué opinión tendría usted de una persona que le dice que tiene madre y al día siguiente le dice que no tiene. ¿Usted pensaría que está loco o que está cuerdo?

Gonzalo y socios me pidieron, me suplicaron que declinara a favor de Aispuro, porque no tenían dinero para los cierres de campaña y Marcelo Ebrard los iba a apoyar con dinero.

Y cuando declino, afirma que lo hago a nombre personal, que el partido era ajeno a esa cuestión. Claro, Gonzalo pensó que si se declaraba que lo hacía a nombre del partido, rompería el pacto que tenía el PT con el gobernador.

Y ponen en riesgo su triunfo a la Presidencia, que según él ya la tenía en la bolsa.

Cuando usted anda en una guerra se extrema en precaución frente al enemigo. Con los de su bando, duda menos de una traición. Y eso fue lo que me pasó a mí, me traicionaron, pero ahora me sorprende el cinismo paranoico de Gonzalo al decirse víctima de una traición. Afirma que yo lo traicioné, esta expresión me hace dudar de su cordura, o más bien, me confirma su paranoia. El cinismo de Gonzalo es el del clásico ladrón que roba y para despistar a la policía grita: ¡allá va el ladrón!, ¡allá va el ladrón!

De que tamaño no será la megalomanía Gonzalinas, que “escribe” para echarse halagos. Vitorearse, sonar timbales, quemar incienso si a este señor no lo internan en un sanatorio ad-doc., van a tener que quitarle la vestimenta de payaso y ponerle una camisa de fuerza.

Si Gonzalo amara al pueblo de Durango como dice ¿les llamaría tontolines? Claro, esto lo hace en petit comité, en público quiere sacarse el corazón y dárselo al pueblo. Las personas que por necesidad han trabajado cerca de este trikitrake, saben el despotismo con que los trata, y de pendejos no los baja.

Gonzalo se salió de la coalición del PAN y del PRD, porque negoció con el gobernador, traicionó a ese proyecto de alternancia por dinero y porque le prometieron la presidencia municipal de la capital de Durango. La megalomanía de Gonzalinas no se resigna a aceptar que el gobernador lo vaciló, que jugó políticamente con él y que de consolación le dio dos diputaciones y varios millones de pesos.

Hoy que medio Durango sabe que se dedica a vender elecciones, que es un pobre payaso, anda desesperado y no halla qué hacer para que el pueblo vuelva a creer en él. Hace marchas para presionar al gobernador (gracias a ello le dieron otra diputación), grita, gesticula, llora, puja, hace pucheros, patalea, pero lo mejor que puede hacer es buscar un buen árbol y una riata y colgarse como Judas, aquél que vendió a Jesús, el hijo de José de Nazaret.

Gonzalo tiene una larga historia de traiciones al pueblo de Durango, y al mismo PT, poco a poco se las iremos sacando para que no se vaya a desquiciar de un solo golpe. En esta primera entrega nada más les recuerdo que Gonzalo fue presidente municipal gracias a Carlos Salinas de Gortari. Que esa presidencia se la dieron por traicionar al cardenismo. Recuerden cómo andaba en 1992: Gonzalo y atrás su escudero Valentín Ubiña, con un maletín lleno de billetes, quien se los daba a Gonzalinas para repartirlos como si fueran volantes.

En verdad me resulta difícil comprender que un alma albergue tanto cinismo: un traidor congénito llamándose fiel, leal y víctima de una traición suripanta creyéndose virginal, un humanoide que desprecia a los duranguenses, diciéndoles que los ama. Gonzalo es un pobre diablo que se cree más listo de lo que es y no logra asimilar que el gobernador jugó con él como el gato y el ratón (la palabra ratón la empleo como adjetivo, no como sustantivo o metáfora).

Gonzalinas es un sujeto cuya moral es del tamaño de un filete, sus principios son la tajada, no tiene más ideales que el dinero, ama al pueblo como el lobo a un rebaño de corderos. Ésta es la primera semblanza de ese ejemplar de Cuasimodo que nos mandaron los chilangos de embajador.

El miedo y la baja autoestima llevan a las personas a buscar presuntos responsables de sus frustraciones, traumas o males. Claro, esto no le quita lo locuaz y ni lo locatis.