viernes, 3 de junio de 2011

LIBERTAD DE OPRSIÓN; OPRESIÓN DE LA LIBERTAD

Por Gabino Martínez Guzmán

El gobierno le tiene miedo al pueblo. El gran poder, a pesar de tener todo el poder que le da el ejército, los policías, los tribunales, las cárceles y los manicomios, le tienen temor a las voces libres y a la verdad. A causa de ese miedo implantó la censura en todos los periódicos de la localidad y solo se publican elogios al gobernante en turno. Es la voz del poder, alabando y glorificando al mismo poder.

De esta forma, al pueblo que lee, vé o escucha, le fabrican un espejismo, una realidad que no existe. La mentira aparece como verdad. Los perversos aparecen como buenos y los corruptos, honestos.

El poder hace un evento, donde aparece el gobernante haciendo esto o lo otro, en seguida le sacan una foto y aparece en todos los periódicos, televisoras y radio. Esa misma conducta le repite todos los días, nada más “cambia el tema central del evento”, y la gente cree que el gobernante anda haciendo y haciendo, aquí, allá y acullá. Pero en la realidad de realidades es puro humo, objetivamente solo existe la basura de las lonas donde anuncian el evento y los periódicos donde lo publican.

Posteriormente vienen los voceros del poder, quemando incienso al por mayor. Todos los periódicos tienen su cuadrilla de escribanos que se desgañitan elogiando a los personeros del poder como si fueran grandes héroes.

Con todas estas patrañas lo único que se saca en conclusión es que el poder carece de poder, que es un poder débil, pues le tiene miedo a la palabra, a la verdad y a la crítica.

El día de la de la libertad de expresión, es el día de la censura y de la opresión y el poder festejará a sus voceros oficiales y los felicitará como buenos fabricantes de mentiras y de espejismos. Pero algún día el pueblo sabrá que el dinero de sus impuestos se malgasta entre una manada de holgazanes para que le cuenten cuentos color de rosa.

martes, 31 de mayo de 2011

EL RENCOR DE LOS EXCLUIDOS


Gabino Martínez Guzmán.

Ya perdimos nuestra capacidad de asombro. Muertos por aquí, muertos por allá, ayer hoy y mañana. A pobres y a ricos los están matando como si fueran chapulines. Hay una devaluación extrema de la vida. pues vale menos que un comino. Primero se decía que eran ejecuciones por ajuste de cuentas, y uno decía, "el que mal anda mal acaba". Pero después las muertes fueron subiendo de tono, y cambiando de perfiles caían gentes ajenas a los círculos del hampa; eran muertos de la clase media y alta y uno le encontraba la razón de esos muertos, a una posible lucha de clase de desposeídos contra riquillos sin embargo, fueron apareciendo muertes de personas que se dedicaban a trabajar y este cauce de la criminalidad nos dejaba desconcertados.

Además, nuestro asombro fue poco a poco subiendo de intensidad, primero fue un ligero dolor por la muerte de un semejante, así se dedicara a lo que se dedicara. Cuando aparecieron los descabezados, traíamos los ojos desorbitados. Pero hoy que hemos conocido crónicas de homicidios, donde las víctimas son cercenados, despellejados, echados en aceite caliente, en ácidos y descuartizados. Estas muertes nos dejaron sin explicación, con la piel "de gallina" y la pelambre erizada. Y uno se ,dice para sus adentros: esta crueldad inaudita no puede ser obra seres humanos. Sabemos que todos traemos un animal adentro, que provenimos y somos animales, que nuestra hominización es reciente y tenemos poco estrenando esta corteza humana, el grueso de nosotros tiene un componente animal del cual no se podrá desembarazar per se, solo el transcurrir de miles de años y en circunstancias humanas, el hombre será cabalmente humano.

Durante las guerras y revoluciones el hombre se animaliza, pues se convierte en un matador de sus semejantes. Vemos así que el hombre es el único animal que mata a los miembros de su propia especie. Le ordenan matar y mata, porque los otros traen la misma orden y la disyuntiva es: matar o dejar que te maten. Y de tanto matar se acostumbra a matar. Quitar la vida a un semejante, se mira como algo normal, como cambiarse de camisa o tomar agua. Incluso, muchas veces el gran matador lo elevan a la categoría de héroe y es venerado, respetado y admirado y hasta envidiado. En esos casos no hay remordimientos de conciencia, porque todos hacen lo mismo; matar y matar.

Pero en las guerras y revoluciones, si se quiere irracional, pero hay un justificante. En las guerras se mata por amor a la patria y odio al extranjero, son guerras de nosotros contra los otros y nosotros tenemos razones para matarlos. Lo mismo sucede con las guerras religiosas, con el agravante que son terriblemente furiosas. En las revoluciones es la lucha de los desposeídos contra los que tienen mucho de todo, y aquellos carecen hasta de lo elemental; ellos escogen uno de los dos caminos que les plantea la vida: morirse de hambre o morir peleando con la esperanza de una vida mejor para los suyos.

Hoy, ante la avalancha de muertes sádicas y de crueldad salvaje, también suelen echarle la culpa a la ausencia de valores morales, a la descomposición de la familia o a la atroz corrupción de la justicia. Quizá todos estos factores aporten una cuota para tener lo que tenemos. Pero no debe omitirse un elemento que hasta ahorita poco se ha mencionado: "el rencor de los excluidos". Este sentimiento permanece soterrado pero contiene un torrente de odio ciego. Cuando sientes que eres excluido social, económicamente y en todos los espacios de la vida, que se te niega el derecho a vivir con dignidad, a existir, a ser. Estos humanos se convierten en seres irracionales, traen una carga de odio acumulado contra todo y contra todos. Son como un kamikaze, el problema es que son muchos, pero tenemos que desactivarlos con una distribución equitativa de la riqueza. De lo contrario puedes perder la vida y riqueza.

lunes, 30 de mayo de 2011

TUMBAS VACIAS

Por Gabino Martínez Guzmán


En Durango la vida no vale nada. Hay muchos secuestrados y personas desparecidas y todos permanecen mudos. El pueblo calla por miedo. Ya nos metieron el miedo hasta los huesos. Esto se debe porque al denunciar un secuestro, corres el riesgo que te secuestren también; o te maten a ti solito; porque muchas veces las autoridades ante quienes denuncias es cómplice de los secuestradores. Así de sucios y corrompidos dejó Ismael, los sótanos de la justicia.

Ya van 201 muertos que exhuman de entierros colectivos. ¿Cuántos detenidos hay? Ni siquiera han informado al público donde estaban esos pozos llenos de cadáveres. Cómo si éstos solos se hubiesen ido a enterrar ahí. Si no han dado a conocer los nombres de los dueños o inquilinos, mucho menos van a temer pistas de quienes cometieron esos homicidios. Quizá lo saben, pero todo es una madeja de complicidades. Lo cual pone en evidencia una corrupción sin ningún precedente. Entre los círculos policiales, poder judicial y poder ejecutivo del sexenio pasado hubo una podredumbre y carnicería tan solo comparable a los crímenes cometidos por el nazismo Alemán.

Quizá no se investiga porque el actual gobernador es un rehén de Ismael Hernández, quien lo dejó de gobernador, pero además, lo tiene cooptado de todo a todo. Jorge Herrera Caldera está rodeado totalmente por la pandilla de Ismael y endeudado a tal grado que si el Estado fuera una empresa privada ya lo habrían declarado en quiebra total.

Se imagina usted: ¿qué hubiera pasado si hubiesen declarado gobernador a José Rosas Aispuro? Después de descubrir esta carnicería y como es evidente quien es el carnicero, Don Ismael estaría ahorita en la cárcel y el Estado recuperaría todos los miles de millones de pesos que se llevo el “joven maravilla”. Todos sospechamos quien es el responsable de esta masacre, pero nadie dice nada. El clero ha guardado silencio sepulcral que equivale a una complicidad. Los partidos opositores tampoco dicen nada, porque “perro con torta ni ladra ni muerde”. Como el pueblo no tiene voz y los medios de comunicación están amordazados y hundidos en el cieno de la inmundicia, solo nos quedan los canales soterrados del rumor.

Jorge Herrera Caldera debe fajarse los pantalones y demostrar que antes de serle fiel a Ismael, le es fiel a Durango. Y obligar a Ismael a que devuelva todo lo que se robo y se le investigue por la muerte de tantos hombres, mujeres y niños.

Es claro que Ismael no es el actor directo de estos crímenes, pero no fue ajeno a ellos, y por lo tanto tiene responsabilidad. Recordemos los crímenes que se cometieron en el cerezo, donde llegaron gente de afuera, se les abrió las puertas del cerezo y mataron y mataron. ¿Quién resulto responsable?. ¡Nadie! ¿Algún detenido? ¡Nadie!. Igualmente recuerden aquel comando que estaba “encerrado” en el cerezo de Gómez Palacio, y salían a matar y regresaban solitos a “encerrarse” en el reclusorio. ¿Usted cree que el gobernador fuera ajeno a ello? ¡Claro que no!

Don Jorge debe limpiar su gobierno y luego llevar a la justicia a Ismael, de lo contrario en un mañana no muy lejano en lugar de uno van a ser dos los que se sienten en el banquillo de los acusados.