lunes, 30 de mayo de 2011

TUMBAS VACIAS

Por Gabino Martínez Guzmán


En Durango la vida no vale nada. Hay muchos secuestrados y personas desparecidas y todos permanecen mudos. El pueblo calla por miedo. Ya nos metieron el miedo hasta los huesos. Esto se debe porque al denunciar un secuestro, corres el riesgo que te secuestren también; o te maten a ti solito; porque muchas veces las autoridades ante quienes denuncias es cómplice de los secuestradores. Así de sucios y corrompidos dejó Ismael, los sótanos de la justicia.

Ya van 201 muertos que exhuman de entierros colectivos. ¿Cuántos detenidos hay? Ni siquiera han informado al público donde estaban esos pozos llenos de cadáveres. Cómo si éstos solos se hubiesen ido a enterrar ahí. Si no han dado a conocer los nombres de los dueños o inquilinos, mucho menos van a temer pistas de quienes cometieron esos homicidios. Quizá lo saben, pero todo es una madeja de complicidades. Lo cual pone en evidencia una corrupción sin ningún precedente. Entre los círculos policiales, poder judicial y poder ejecutivo del sexenio pasado hubo una podredumbre y carnicería tan solo comparable a los crímenes cometidos por el nazismo Alemán.

Quizá no se investiga porque el actual gobernador es un rehén de Ismael Hernández, quien lo dejó de gobernador, pero además, lo tiene cooptado de todo a todo. Jorge Herrera Caldera está rodeado totalmente por la pandilla de Ismael y endeudado a tal grado que si el Estado fuera una empresa privada ya lo habrían declarado en quiebra total.

Se imagina usted: ¿qué hubiera pasado si hubiesen declarado gobernador a José Rosas Aispuro? Después de descubrir esta carnicería y como es evidente quien es el carnicero, Don Ismael estaría ahorita en la cárcel y el Estado recuperaría todos los miles de millones de pesos que se llevo el “joven maravilla”. Todos sospechamos quien es el responsable de esta masacre, pero nadie dice nada. El clero ha guardado silencio sepulcral que equivale a una complicidad. Los partidos opositores tampoco dicen nada, porque “perro con torta ni ladra ni muerde”. Como el pueblo no tiene voz y los medios de comunicación están amordazados y hundidos en el cieno de la inmundicia, solo nos quedan los canales soterrados del rumor.

Jorge Herrera Caldera debe fajarse los pantalones y demostrar que antes de serle fiel a Ismael, le es fiel a Durango. Y obligar a Ismael a que devuelva todo lo que se robo y se le investigue por la muerte de tantos hombres, mujeres y niños.

Es claro que Ismael no es el actor directo de estos crímenes, pero no fue ajeno a ellos, y por lo tanto tiene responsabilidad. Recordemos los crímenes que se cometieron en el cerezo, donde llegaron gente de afuera, se les abrió las puertas del cerezo y mataron y mataron. ¿Quién resulto responsable?. ¡Nadie! ¿Algún detenido? ¡Nadie!. Igualmente recuerden aquel comando que estaba “encerrado” en el cerezo de Gómez Palacio, y salían a matar y regresaban solitos a “encerrarse” en el reclusorio. ¿Usted cree que el gobernador fuera ajeno a ello? ¡Claro que no!

Don Jorge debe limpiar su gobierno y luego llevar a la justicia a Ismael, de lo contrario en un mañana no muy lejano en lugar de uno van a ser dos los que se sienten en el banquillo de los acusados.

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