martes, 24 de mayo de 2011

LOS MUERTOS PIDEN JUSTICIA

Por. Gabino Martínez Guzmán

Hablo en nombre de los que ya no hablan. Por mis amigos muertos. Sus vidas fueron truncadas prematuramente, por las complicidades del poder y el hampa. Los agarraron en medio, e indefensos. Porque el poder te desarma para que el hampa te mate. Y desde luego que no hay culpables, porque cuando se mata desde el poder los culpables son los muertos.

Hablo y pido justicia por los niños que ha matado el poder y el hampa, estos crímenes de seres inocentes no tienen nombre, hierve la sangre de rabia cuando los culpables y el mas culpable de todos ande libre y haya mandó sus hijos al extranjero para que no les queme la la lumbre que él prendió.

Pido justicia por las mujeres que han muerto sin saber porqué. Débiles y inermes les cegaron la vida, y sin que nadie supiera que morían, sin que sus deudos, hijos, padres o esposos les lloraran su dolor; muertes anónimas, sin ritos, ni tumbas, ni cruces. Estos dolores duelen más que otros dolores, porque te dejan absorto y perplejo. A quien le lloran sino hay muerto, aunque sepan que murió; tu dolor se te queda adentro, tus lágrimas se secan en tus ojos vacios, el dolor poco a poco te va quitando la vida. Estos son los muertos de Ismael. Así nos mató Ismael y anda libre y sonriendo rebosante de dinero y de lujuria.

Hablo y pido justicia por mis amigos que mataron, por los desconocidos que decapitaron, por todos estas víctimas de la lujuria del poder, mas que del hampa. Su sangre no se secará, las heridas de sus deudos no sanarán hasta que el culpable esté donde debe estar un criminal.

Los muertos piden justicia, pero la justicia esta ciega, sorda y muda; podrida del cabo a rabo. Las almas de estos muertos andarán vagando por estas tierras y nos estarán gritando que les digamos porqué los mataron; no tendrán reposo hasta que los culpables paguen sus culpas. Y los que aun estamos vivos, no viviremos en paz, no dormiremos tranquilos, la comida nos matará en vez de darnos vida, el agua estará podrida y terminará por podrirnos a todos, respiraremos un aire contaminado que nos traerá la muerte.

Joven, mujer y señor, unamos nuestra voz a la de nuestros muertos, juntemos nuestros puños y coraje, y clamemos justicia todos juntos, pues de lo contrario, todos moriremos como ellos, rompamos el silencio, dominemos nuestros miedos para exigir justicia. El poder y el hampa no ganarán, a pesar de todo, sobre todos, la vida vencerá.

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