Por: Gabino Martínez Guzman
“Cuando hay dos precandidatos muy enfrentados, el partido designa a un tercero en discordia”. “El partido jamás tomará una decisión bajo la presión de la ruptura”. Estas dos normas no escritas pero vigentes en el PRI se han aplicado muchas veces y cualquier militante del PRI las conoce.
El tercero en discordia, siempre ha sido la solución salomónica del PRI, para evitar la división del partido cuando hay dos precandidatos con seguidores dispuestos a jugársela y correr la suerte de su candidato. Unos corretean la liebre y otros sin correr la alcanzan. En esos contextos el partido postula al que menos se esperaba, en esas condiciones, no hay vencidos ni vencedores.
Todos saben que la coalición ya nada más está esperando que el PRI le diga a Aispuro que no será su candidato para postularlo. En estas condiciones el CEN del PRI tiene la presión de la ruptura. Aispuro les está expresando: “o me postulan como candidato del PRI o les divido al PRI”. Jamás de los jamases ninguna autoridad ha resuelto bajo presión.
Si estas conjeturas son válidas, Aispuro jamás será candidato del PRI a la gubernatura del Estado. Aispuro tenía la intención de no salirse del PRI hasta que este partido le dijera que él no era el candidato, que éste sería Herrera Caldera. Pero si algo tienen los dirigentes del PRI, es que no son ningunos inocentes, cuando infirieron la estrategia de Aispuro, elaboraron la antítesis de esa estrategia. Jugar con el tiempo. Darle largas a la designación del candidato y en esas condiciones, la coalición tendrá muy poco tiempo para posicionar su candidato a gobernador en todo el Estado y los demás candidatos a diputados y presidentes municipales. El PRI mata dos pájaros con una pedrada, pierde Aispuro y perderá la coalición las elecciones.
El PRI dejará a Aispuro chiflando en la loma y tendrá el tiempo en contra para penetrar y hacer una buena campaña. Mientras tanto, todo el poder del Estado provincial de Durango está trabajando por el PRI. Lo que parecía una derrota segura el PRI la está convirtiendo en una victoria. La política es, en mucho, el arte de manejar los tiempos, quien va demasiado lento no llega y el que se apresura corre el riesgo de tropezarse.
La coalición junto con Aispuro debe analizar y valorar la coyuntura política concreta y tomar una decisión. La cual, como toda decisión tiene sus riesgos y, además, considera que al frente no tiene ningunos novatos, sino verdaderos demonios en la política. Lo peor de todo, es que la oposición peque de inocente, es mejor equivocarse y tratar de romperles su estrategia que depender del PRI para empezar los procesos preliminares de la campaña. Además, Aispuro como candidato de una coalición conformada con toda la oposición, será algo insólito y novedoso, y ocuparía la atención de la opinión pública.
Además, si Aispuro se sale antes de que lo corran, hay muchas posibilidades de que el candidato del PRI sea Herrera Caldera. Con este aspirante del PRI, Aispuro llevaría gran ventaja porque muchos priistas no votarían por Herrera Caldera. Igualmente, mucha gente vería en este candidato la reelección de Ismael y cinco años de gobierno desgasta a cualquiera, y en particular, este sexenio que se ha convertido en una carnicería y no hay seguridad para nadie. Muchos votarían en contra de Herrera Caldera por ser el candidato de Ismael. Hay muchos priistas resentidos, muchos relegados ofendidos, etc.
A reserva de hacer una valoración más tranquila del gobierno de Ismael, sin el calor de la pasión del momento, si se puede observar a ojos vista que fue un gobierno sectario, excluyente además de incompetente. Para prueba de este último juicio, nada más haga cuentas de los cambios que hizo en su gabinete. Un buen político no se equivoca con la gente; es, sobre todo, un buen conocedor de los hombres y de sus capacidades en las áreas que se le encargan. Pero en fin, son juicios a priori, más tarde escribiremos con la frialdad que solo otorga la distancia del tiempo.