Por: Gabino Martínez Guzmán
La prensa está al servicio de la clase gobernante, pero no lo hace gratuitamente, cabrá grandes sumas de dinero por informar y construir la opinión pública. Pero además, se niegan a publicar cualquier crítica seria y fundada en contra de la política económica y social del gobierno, de los trafiques de los funcionarios. Igualmente le cobran por los mismos servicios a la presidencia municipal y a otras instituciones que manejan dinero del Estado.
La gente más informada que pudiera ayudar y orientar a las personas que carecen de cultura política, no tienen voz en esta sociedad. No les publican ningún artículo que critique a los funcionarios, al gobernador o al presidente municipal.
Dicen que la prensa y los medios de comunicación son el cuarto poder, difiero de esa concepción, pues a mi parecer juegan más bien el rol de prostituta de la sociedad. Venden el silencio, son cómplices de los ladrones del dinero del pueblo. Gracias a su silencio se dejan de construir escuelas, muebles para la mismas, se quedan niños sin educación; pueblos sin caminos, calles sin pavimentar, colonias sin drenaje.
En los periódicos de Durango, solo escriben los que halagan al Gobernador, o al politiquillo con ansias de novillero. Todo lo que huela a incienso para el poder, se publica religiosamente en esta parodia de prensa. Por ello, una persona que viene de otros Estados queda asombrada y triste de la pobreza extrema de la prensa durangueña, porque en estos medios únicamente se escriben cursilerías nimiedades y tonterías. El hombre medianamente inteligente y preparado, no tiene cabida en estos leprosarios. La honradez, el honor, la dignidad está prohibida en la prensa de Durango, en cambio, el dinero es dios de estos currienches y de ahí se prohíja toda la escala de vilezas y de podredumbre.
Quizá le parezca a usted algo ríspidas estas expresiones, pero es más grosero y vil lo que le hacen estas instituciones a la sociedad. Por ellos hay más niños con hambre y sin trabajo; personas a quienes les truncaron el futuro, los cuales quizá podrían haber sido ingenieros, médicos, etc. Lo que es podredumbre hay que llamarle podredumbre, a la corrupción hay que llamarla corrupción. No merecen un eufemismo ni un sinónimo mesurado, es mucho el daño que le hacen a la comunidad. Estos señores perjudican mil veces más a la sociedad y a la juventud que el mismo narcotráfico.
La censura castra a los ciudadanos, y sobre todo a los jóvenes. Un joven que empieza a escribir y que opina diferente a la “verdad” de los viejos es vetado por estos medios. Con ello provocan en el joven frustración y desánimo. Con estos actos posiblemente estén matando a un futuro gran escritor. Dejan al pueblo sin voceros, sólo hay una visión y una sola verdad, no hay producción ni circulación de ideas; ni debates, ni crítica. Es un Estado con ciudadanos mudos y semimuertos.
Estos periódicos solo admiten el halago para el Gobernador por parte de escribanos de paga en numerario o en nómina. Todo lo ven color de rosa, el gobernante es el superman del momento, casi lo colocan a la altura de un semidios. Las anomalías se cubren, se aplacan. Los medios y los escribanos le presentan al pueblo una realidad falsa, ficticia, como si viviera en Jauja. No hay opinión pública, o en todo caso, es una opinión pública falsa y débil. Después que termina el reinato sexenal salen a la luz algunas verdades, no todas porque el que llega sabe que también va a salir dentro de seis años y no le gustaría que le descubrieran sus raterías. Sin embargo, hasta entonces se ve que todo fue un espejismo, que nos crearon una realidad falsa, que solo la pobreza es de verdad y duradera. La prensa ayuda a que perdure esta pudrición, son cómplices del saqueo que año con año realizan los políticos.
Invito a los periodistas a que se discutan lo expuesto en este artículo, si son falsedades, que lo digan pero fundando sus argumentos, sin descalificaciones estériles. La prensa de Durango mejorará cuando los periodistas mismos se atrevan a discutir la situación real de su profesión.
La función de la prensa es demasiado importante, porque conforma la opinión pública, por ello, debe ser libre y debe ser financiada por la sociedad en forma abierta y no por el gobierno que les otorga un subsidio que parece pecaminoso, porque lo hace como si con ello comprara las adulaciones a su persona o a su obra o para que guarden silencio ante anomalías y corruptelas. La prensa cumple una función social como la educación, y lo principal, la sociedad debe ser la más interesada en su existencia, funcionamiento y libertad. Claro habría que separar la paja del grano, hay prensa y hay panfletos, hay periodistas y hay calumniadores. Pero la sociedad sabrá normalizar poco a poco una prensa que merezca ese nombre.
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