Por: Gabino Martínez Guzmán
Quien pierde con la alianza política es el PRI. Si hay ruptura el damnificado será Ismael. Por ello, todos los escribanos a sueldo del gobierno y la prensa que vive del erario público, están en contra de la coalición. El Director del Sol, en forma por demás inmoral, se ha manifestado abiertamente a favor del gobierno y en contra de la coalición. Ya tomó partido por el PRI y correrá su suerte. Siente que perdió el equilibrio y la mesura, en la coalición se encuentra el partido del Presidente de la República, con quien al dueño de la cadena de la OEM le perjudicaría enfrentarse innecesariamente.
El Dr. Víctor Orozco, en un excelente artículo afirma que el PRD no debe mezclarse con el PAN ni con el PRI, que debe participar solo, sin aliados. En esta forma permanecerán como un grupo con prestigio y aprovechar una coyuntura para crecer y tomar el poder. Como que el Dr. Orozco tiene muy en la mente el esquema de la Revolución Rusa y en particular la actuación de los bolcheviques.
El PRI califica la coalición de la izquierda y el PAN como una unión contra natura. En cambio, la alianza tácita y a escondidas que han tenido el PAN y el PRI, ese contubernio es una unión legítima. El PRI está hablando por la herida y con eso demuestra que tienen miedo de perder, saben que pueden perder.
En mi opinión el PAN y el PRI tienen el mismo programa económico. En las elecciones del 2006, hicieron mancuerna en contra del PRD-PT y Convergencia. Si el PRI y Madrazo no hubieran reconocido a Calderón como Presidente, éste jamás hubiese llegado a la primera magistratura. Eso todos lo sabemos y lo comprendemos.
Donde puede haber una ligera diferencia entre el PRI y el PAN es por la cuestión religiosa y eso con matices ligeramente perceptibles. En la política electoral emplean los mismos métodos, quizá porque los panistas ya se dieron cuenta que de una cosa es hablar y otra cosa es hacer; y que un partido tiene que hacer política con hombres y mujeres de carne y hueso, con muchas carencias y sin ninguna formación política. En fin, el PRI y el PAN son hermanos gemelos, la única diferencia es su origen.
Desmenuzando un poco más la actuación de estos partidos con una visión teórica, al PAN lo encasillaríamos en la derecha, con tendencias a inclinarse hacia la ultraderecha. El PRI, desde 1982 se plantó en el área de la derecha, pero no llega a la ultraderecha, sino en forma esporádica y episódica.
En estas condiciones, si el PRI y el PAN se están disputando la presidencia de la República y ambos quieren ganar una pieza en el tablero político, la izquierda puede sacar provecho para fortalecerse aprovechando ese enfrentamiento donde el PAN está en desventaja y solo puede arrebatarle esa posición al PRI, si consigue acrecentar su fuerza por medio de las alianzas. El PAN gana desde el momento que le arrebata una posición al PRI. La izquierda puede ganar posiciones más pequeñas que no lograría si participaran por separado.
Por otra parte, la imposición de Jorge Herrera Caldera, sería de hecho la reelección de Ismael, y en mi concepto Durango no merece vivir otra pesadilla como la que estamos viviendo. La reelección implica la entronización de un cacicazgo que es pariente de una dictadura. Todo ello sería nocivo para Durango, este Estado requiere más libertad, que solo se lograría con la alternancia, y con ello, la esperanza de una mejoría económica, de mayor calidad de vida, un poco más de cultura, de civilización. Ya estamos hartos de demagogia y de espejismos sexenales y que le den al pueblo espejitos por su voto ¡Ay Aispuro, no te rajes!
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