LA DEBILIDAD DEL PRI

Por Gabino Martínez

El PRI aparenta ser un partido fuerte, cuando en realidad es débil. Tiene buenos cuadros políticos, quizá hasta excelentes; pero todos viven bajo el estigma de la corrupción. La impunidad y la corrupción los devora, como Júpiter a sus hijos.

 

El PRI gobierna en 18 estados provinciales, pero esa cantidad políticamente no se transforma en fortaleza, al contrario es su punto débil. Todos los gobernadores son vendibles y comprables, ya lo vimos en el 2006; los Estados del norte que gobernaba el PRI, se desbocaron por Felipe Calderón a cambio de prebendas o promesas.

 

Por lo general, el PRI celebra alianzas con el partido verde ecologista, y quizá esta vez con el panal, que es propiedad de doña perpetua Elba Esther Gordillo; quien desde que Salinas de Gortarí la hizo lideresa del SNTE, se convirtió en propietaria absoluta de ese enorme sindicado con todo y lo que se mueve en su interior. La aportación de estos dos partidos, le ayudan algo al PRI, pero no lo suficiente, comparado con la fuerza contundente que le trasmiten al PAN sus aliados como el clero, los EU y los militares.

Otro punto débil del PRI es la latente posibilidad de una fractura interna. Peña Nieto es un líder mediático, es una hechura de los medios, quienes lo han encumbrado artificialmente. Pero esa fama no la sustenta una carrera política como es el caso de Manlio Fabio Beltrones. Éste es político kilo por kilo y pienso que va a ser difícil que se resigne a que un aparecido lo haga a un lado, en el momento culminante de su largo camino. No creo que Manlio permita que un arribista le destruya el extenso y ancho tejido de nexos políticos e intereses que ha tejido toda su vida. Duró muchos años para llegar a la cima y no creo que permita que lo haga a un lado alguien que se metió por la tronera. No sin antes luchar, porque Manlio es un personaje forjado en la lucha política de verdad, en la arena política donde se hacen los grandes políticos y estadistas. Posiblemente lo desplacen, pero será luchando, jamás se resignará con una posición secundaria, pues es el momento determinante de su vida política, no habrá otra, este instante lo ha esperado toda su vida, lo ha construido ladrillo a ladrillo, de posición en posición. La contienda será de vida o muerte y en estos casos es preferible la muerte política a que lo desplacen sin pelear.

Esta contienda soterrada tendrá sus consecuencias políticas para el PRI, lo que implica, fracturas o desprendimientos graduales o desaliento de los cuadros medios del PRI.

Además, a Calderón le conviene que se den estas fracciones al interior del PRI, incluso, las va a alentar, impulsar y apoyar. La división en el PRI es obvia y es más fácil resignar a Peña Nieto que a Manlio Fabio; para éste la sucesión del 2012 es su última oportunidad y, porque además, la ha construido durante toda una vida. En cambio, Peña Nieto se quiere colar en el último instante y eso irrita a cualquiera, es joven y puede tener una segunda oportunidad si se mantiene en el pandero y si sabe tejer fino, pero fundamentalmente que no deje que la derrota lo derrote.

 

Es obvio que, el PRI como PRI rema contra corriente. Las fuerzas motrices de la historia están en su contra, el PRI es el pasado, ya es historia, y debe desaparecer para que México incursione por los nuevos senderos del futuro. Militar en el PRI es como viajar en carreta, en tiempo que uno viaja en avión, la fuerza del futuro desplazaran al pasado y el PRI es pasado. El regreso del PRI a los pinos equivale al hecho de que el agua de los ríos inviertan su curso.

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