Por: Gabino Martínez Guzmán.
Si quieren que aumente la demanda de una cosa, prohíbela. Y si además, esa mercadería produce algún tipo de satisfacción placentera, bien sea de euforia, o como sedante, el incremento de la demanda será mayor y por ende el precio crecerá en la misma proporción.
Se ha demostrado que en el mundo mueren más personas por el alcohol que por las drogas. Igualmente las guerras sin ser mercancías, son grandes productoras de personas desequilibradas. En estas condiciones, habría que prohibir las grandes guerras y el consumo del alcohol.
Lo anterior viene al caso por la tormenta que estamos viviendo por causa de las drogas. Siento que la palabra tormenta es demasiado suave, es algo más trágico, algo como la peste negra que siembra a su paso la muerte, sangre, dolor, lágrimas, huérfanos, viudas y emigraciones. Una vorágine de sangre y dolor. Pero nuestros gobernantes no ven ni oyen. No sienten ni ven la tormenta; y no la sienten ni la ven porque la muerte no les ha tocado la puerta. Nosotros ya hemos sentido el frio de la muerte, cuando llegó por el vecino, después por el amigo, el pariente y ahora seguimos nosotros. Todo Durango vive como el Damocles de la mitología Griega, con la espada al cuello. A esto ya no se le puede llamar vivir.
En las elecciones pasadas, en el debate de los candidatos a gobernador, el suscrito, (el ingenuo de la película), propuso que se legalizaran las drogas. Esta postura es una conclusión a que se llega después de analizar la situación a que hemos llegado. Estamos en un estado de guerra civil no declarada, pero cuyos efectos son los 38 mil ejecutados en lo que va del sexenio; y la contracción de las inversiones, aumentando con ello la carencia de empleos y por ende la pobreza, que a su vez es el combustible de los cárteles de la droga.
La despenalización de las drogas ya lo habían pedido personalidades de gran solvencia moral como Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes y otras del mismo calibre. Sin embargo, la semana pasada nos sorprendió que pidiera la legalización de las drogas nada menos que un asesor de Calderón, el señor Jorge Tello Peón, argumentando que en su concepto, era la única medida que podía frenar el tráfico de drogas, y con ello la guerra de los grandes cárteles.
Mientras que exista la gran demanda de drogas en el fabuloso mercado de los Estados Unidos, siempre va a existir el tráfico de las mismas. Este problema no se soluciona con mejores policías y mejores armamentos porque para los norteamericanos es el gran negocio, quizá superior a su industria automotriz. Los grandes capos de las drogas están en los E. U. y ese gobierno no se atreve a tocarlos. ¿Cuándo ha publicado la prensa de E. U. la captura de algún barón de las drogas de ese país? Nunca, porque el dinero los hace intocables. Los norteamericanos tienen la mejor policía y los instrumentos más sofisticados y efectivos para detectar criminales y sin embargo, en ese país no han podido detectar a los grandes capos de la droga. En cambio, vemos que cuando mataron a un simple agente anti narco que operaba en México, inmediatamente supieron quien fue, y lo capturaron en forma inmediata. Con ello nos están demostrando que no quieren tocar a sus ciudadanos y menos cuando estos son grandes potentados que mueven millones de millones de dólares.
Además, para los E. U. el negocio es doble, no solo con las drogas, sino también con las armas. Ellos, por un lado le venden armas a los cárteles mexicanos y por la otra le venden armas al ejército y policía mexicana para que nos matemos unos a otros. Los gringos están jugando con México y con los políticos mexicanos. Acaba de hacerse público que las mismas autoridades de los Estados Unidos ordenan el libre paso en la frontera de armas para los capos de las drogas. Como quieren evitar el tráfico de drogas si ellos mismo lo facilitan. Con ello queda en evidencia que la cuestión de las drogas es el gran negocio de los Estados Unidos y México debe actuar con patriotismo y legalizar las drogas. Que ellos la combatan si quieren hacerlo pero en su territorio, donde los encarcelados y los muertos sean los gringos y no los mexicanos.
Asimismo, con esta guerra no declarada, Estados Unidos está desestabilizando a nuestro país y prácticamente estamos a un paso de que intervenga abiertamente en México, lo que significaría una invasión norteamericana a nuestra patria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario