La burguesía ha creado las instituciones donde se reproduce su hegemonía, por ello, para que la izquierda gane una elección presidencial, se requiere que deje de ser de izquierda, aunque mantenga su denominación. Además debe contar con la bendición de los Estados Unidos, cuyos intereses geopolíticos los involucra en los sucesos del poder de este país, y por añadidura, como socios mayoritarios de la economía nacional, los hace también copropietarios del poder. Desplazarlos, implicaría una confrontación que va más allá de las barricadas y de los buenos deseos.
México no es un país como Venezuela o Argentina. Nuestra diferencia la determina nuestra vecindad con el imperialismo yanqui, y con el agravante de que se han convertido en propietarios de la economía del país y esto lo convierte en agentes políticos activos de la política nacional, con un peso superior a todas las organizaciones políticas formales. En concreto, los Estados Unidos son una fuerza política hegemónica en nuestro país, aunque no conformen un ente formal, que actué como partido político.
A la izquierda le pueden dejar manos libres en un municipio y hasta en un estado provincial, porque estas son nodos del poder acotados. Pueden también ocupar curules en el congreso de la unión, es estos no tienen más poder que el dedo y el tono de su voz. Pero a cambio se les compensa generosamente haciéndolos millonarios y con ello, les cambian el talante.
Los Estados Unidos y sus socios menores, la burguesía mexicana utilizan al PAN y al PRI como sus voceros y agentes formales en la lucha electoral. La fuerza política real está en otros espacios. En esta forma los Estados Unidos camuflan su dominación y evitan el surgimiento de los sentimientos nacionalistas.
La impugnación de la elección del 2012 pone en evidencia la metafuncionalidad del IFE, que se revela como una institución reproductora de las relaciones de dominación. Más adelante veremos como la resolución negativa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación va a desvelar la verdadera función de los señores de toga y birrete: perros guardianes de los intereses de la clase dominante. La corte de los milagros no solo está de aquel lado, sino encima del pueblo y en contra del pueblo.
Tres elecciones robadas, 1988,2006 y 2012, son más que suficientes para convencer a cualquiera que la vida electoral no es el camino para la izquierda.
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