jueves, 6 de septiembre de 2012

LA DEMOCRACIA IMPOSIBLE



Quieren los priistas totalitarios implantar la relección, primero serán los diputados y después todos, hasta la presidencia.
Si con una reelección, las mafias políticas de todos los partidos saltan de un cargo a otro, y nada mas dan vueltas, como si fuera un volantín. Cuando se implante la reelección, esos funcionarios van a ser eternos.
En un sistema realmente democrático, la reelección no solo se puede instituir, sino que se debe implantar. Sería antidemocrático un sistema que excluyera del sufragio a sus ciudadanos, por el solo hecho de haber ocupado ciertos cargos públicos. Esto es lógico y estamos de acuerdo.

Pero en un país como el nuestro, donde no existe libertad de sufragar, implantar la reelección, sería abrirle el paso a una oligarquía totalitaria.

La pobreza y la incultura son los principales obstáculos para que no exista en nuestro país una democracia mas decente, creíble y aceptable. Y éstas son carencias que no se pueden quitar de la noche a la mañana, se requieren siglos de esfuerzos en la construcción de una buena cultura y mayor justicia en el reparto del producto social.

En una monarquía, los cargos duran hasta la muerte del titular. En una república, por el contario, el tiempo del ejercicio del poder es limitado.

En un país como México, donde tenemos arraigado hasta la médula la cultura del fraude electoral, crear la reelección es abrirle las puertas a grupos oligárquicos que se van a eternizar en los cargos. Un priista cualquiera, un panista o un perredista cuando escucha la palabra elecciones, inmediatamente, como acto reflejo, evoca la imagen de coacción del voto, de la compra de sufragios, del trueque de materiales por el voto, aparte de las mil triquiñuelas que tienen en el catálogo de tramperias. Estos señores no pueden hacer elecciones sin hacer fraude.

Por otra parte, el árbitro de la elección es una sola persona. El presidente de la República y el gobernador en los estados, designan a las autoridades que operan las instituciones electorales. Consecuentemente el arbitro de las elecciones no es imparcial.

Por ejemplo aquí en Durango, los integrantes del instituto electoral y de participación ciudadana, los elije el congreso del Estado, atendiendo las propuestas del ejecutivo. El PRI tiene mayoría en el congreso y esa mayoría priista la designó el Gobernador y atienden sus mandatos por sobre todas las cosas. Este rodeo, involucrando a otras instancias, es con la intención de enmascarar el dedazo. Pues que en realidad es el gobernador, quien nombra a los miembros del IEYPC. En estas condiciones es lógico que atiendan las órdenes del gobernador, aunque estos vayan en contra de alguna ley o precepto.

El árbitro de la elección es fundamental, en una elección. Su imparcialidad no debe ponerse en duda. Su imparcialidad no solo debe serla, sino parecerla. En la medida que tengamos un árbitro imparcial, nuestro sistema se acercará mas a la democracia.

La actual composición y proceso de formación del Instituto Electoral de Durango, es para dar risa. Desempeñan el mismo rol de aquel que jugaba el secretario general de gobierno como presidente de la comisión electoral y otros funcionarios, a quienes el pueblo no tenía que pagarles nada, puesto que ya eran funcionarios. Si los consejeros del IEYPA, hacen lo mismo que los antiguos funcionarios del gobierno, qué caso tiene haber creado esa instancia ornamental para aparentar lo que no somos.

Un analista político propuso que tanto el IFE como los institutos estatales equivalentes, fueran conformados en un proceso de oscultación como el que funciona para elegir al rector de la UNAM. Decía este señor que la legislatura nombrara una comisión totalmente calificada, para que ésta propusiera ternas de aspirantes, tantas como fuera el número de consejeros que integran el IEYPC conforme a la ley respectiva.

En esta forma, el Gobernador sacaría las manos del proceso electoral y sería una elección indirecta hecha por los diputados, como representantes del pueblo; claro que antes se emitiría un reglamento donde se determine el perfil de la comisión como de los aspirantes a consejero.

En la reforma reciente de la ley electoral se dejó el mismo procedimiento para designar a los consejeros del IEYPC, lo cual quiere decir que los priistas de nueva generación son igual de autoritarios y totalitarios que su ancestro de ese vejestorio llamado PRI.

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