domingo, 1 de mayo de 2011

¿DONDE PERDIMOS EL CAMINO?.



Por: Gabino Martínez Guzmán.


Siempre hemos conducido al azar o en el mejor de los casos hemos sido arrastrados por otras entidades, pero siempre hemos sido cabus de una locomotora loca, vamos para donde nos llevan, nos dejamos llevar por la indolencia o por pazguatos, porque no nos hemos puesto a pensar y analizar cómo estamos y hacia donde queremos ir.

El solo hecho de analizar donde estamos, y como estamos y las causas que nos llevaron a esta situación. Ya sería un gran avance, pues para cambiar, lo primero que debemos hacer, es conocer nuestra situación socio económica real y concreta, sin escondernos la cola y determinar lo que dejemos de hacer, o hicimos mal. Un pueblo o una persona que no se fija una meta, es como un corcho en el mar, no se hunde pero no llega a ninguna parte.

Habrá que ver quien va en el ferrocarril; si el conductor sabe hacía donde vamos y si es capaz para conducir; luego determinar quien debe o puede ir en los vagones de lujo y quienes en los carros de segunda y de tercera.

Durará mucho tiempo para que todos viajemos en carros de primera, pero se deben tomar las medidas para que gradualmente todos podamos viajar en primera, pero para ello, se deben establecer reglas y requisitos que debemos cumplir para hacernos merecedores de viajar en vagones de primera clase. Saber lo que hicimos o lo que no hicimos, los actos que determinaron la estructura e instituciones que tenemos. Si son buenas, siempre podrán ser mejores, y si están mal, sería urgente, urgentísimo modificarlas y determinar en donde queremos estar a corto y mediano plazo.

Los duranguenses somos como el personaje principal de la novela el Luto Humano de José Revueltas, que parten de un lugar para dirigirse a otro, pero lo hacen en la noche, y caminan y caminan y al final de mil peripecias, al amanecer llegan al mismo sitio de donde habían partido. Toda una noche de caminar sufriendo grandes penurias para llegar al mismo lugar donde habían iniciado su peregrinar.

Pobre Durango, los dirigentes que ha tenido tan solo les interesa su situación personal, pero la mayoría del pueblo en general les es totalmente indiferente. Si han hecho algunas obras, éstas han sido porque al hacerlas obtienen buenas ganancias. Pero nadie ha sentado las bases firmes para que Durango logre un desarrollo sustentable.

Algunos incluso se han concretado a realizar obras ornamentales, o de relumbrón para impresionar a incautos, pero obras que impulse el desarrollo y el crecimiento económico y social han sido muy pocas. Es el colmo que los E.U. en forma colateral haya contribuido mas a la mejoría del pueblo o cuando menos a quitarle el hambre y las carencias a miles de durangueños. Un gobierno que es incapaz de darle trabajo a sus gobernados es un gobierno carente de legitimidad y con mayor razón cuando no puede garantizarnos el simple derecho a vivir. Si ese elemental derecho no lo puede otorgar, para que queremos ese gobierno.

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