Por: Gabino Martínez Guzmán
No se pudo. Las intenciones no eran tan malas, no solo el hecho de quitar al PRI para poner al PAN, el cual iba hacer a un lado a los perredistas, a convergencia no había necesidad, pues no existe en Durango. No, la disyuntiva era que gobernaba un hombre liberal de centro o una persona de la ultraderecha. Esas expresiones no son simples matices políticos, al estar en el poder se expresan en hechos en un tipo de política económica que favorezca a la clase media o que haga más ricos a los ricos.
La izquierda no iba a tener candidato, sobre todo en un momento crucial como el que vivimos, donde se requiere crear una fuerza política que confronte la embestida de la derecha.
La izquierda estaba cometiendo un error al aliarse con la ultraderecha en contra de la otra corriente, cuya cúpula también es de derecha. Es decir, había dos cerdos, uno negro y otro blanco, pero ambos eran cerdos e íbamos a preferir al blanco por el solo hecho de quitar al negro.
El PT escuchó el llamado de López Obrador y se salió de la coalición a pesar de que el PAN les ofrecía a cambio de la presidencia municipal de la capital, otras posiciones atrayentes en los Estados de Oaxaca y Veracruz.
Un grupo de jóvenes universitarios le propuso al PT, que valorara la posibilidad de salir con candidato a gobernador propio, y proponiendo al suscrito como precandidato. La Comisión Política aceptó y me ofrecieron formalmente la precandidatura, la cual yo acepté por varias razones:
1.-La cúpula del PRI y más concretamente Ismael, está imponiendo a los priistas una persona que jamás había sido militante del PRI. Dicha persona no sabe nada de política, ni tiene grupo político y por consecuencia, quien va a gobernar es el joven Ismael. No se trata pues de una elección sino de una reelección. Ismael quiere continuar con los miles de negocios personales de tipo inmobiliario que ha hecho aprovechando el poder de gobernador y con dinero del erario público. En síntesis, además de una imposición, estamos en presencia de una reelección de Ismael que resultó un gran negociante del poder. Esto no es una calumnia, es un hecho que medio Durango lo sabe. Por todo ello, los priistas de corazón están inconformes, porque Durango no aguantaría dos sexenios de raterías. Muchos priistas consideran que Ismael les está viendo la cara de inocentes.
2.-El PAN está postulando un priista que aunque es buen hombre, no tiene trayectoria en Durango. Él llegó en 1992, con Maximiliano Silerio, nadie lo conocía aquí en Durango, nos llegó desde arriba. Su administración como presidente municipal fue más gris que brillante; la única huella que nos dejó fue el puente a desnivel allá por el parque Guadiana, el cual todavía se debe.
Su participación en el 2003 en las elecciones internas del PRI lo hacen ver como un hombre débil e ingenuo. En política no es pecaminoso que le haya pasado a Ismael los 200 votos de delegados que tenía, con los cuales ganó el actual gobernador. Lo preocupante es que lo hayan engañado al no asegurar una buena posición política, que lo colocara en la antesala de la próxima candidatura a Gobernador por el PRI. Casi con calzador le dieron la dirección de pensiones que es una posición de tercera categoría. Y para ser diputado tuvo que echar mano de Silerio para que intercediera por él ante Madrazo y lo consiguió, pero en los últimos lugares. Todo esto lo logró en contra de la voluntad de Ismael.
Con verdadera tristeza y con todo respeto, veo en el Lic. Rosas Aispuro un hombre sin malicia, con poco valor y no se da cuenta que anda en un remolino de pasiones diabólicas. El PAN ya se lo comió, lo subsumió, a tal grado que lo que iba a ser una coalición, dejó de serlo y en la realidad es el PAN el que va a participar en la contienda pero con un candidato prestado.
En concreto, el PRI es un partido desarticulado y en descomposición, y el PAN está dividido y los ciudadanos tienen muy presentes que es el partido que nos trajo la ingobernabilidad, las muertes, decapitados, viudas, huérfanos, hambre, falta de trabajo y de servicios de salud deficiente. Estos partidos hasta la esperanza le mataron al pueblo.
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