miércoles, 3 de febrero de 2010

SE LE AGUÓ LA FIESTA AL CANDITATO DEL PRI

Por: Gabino Martínez Guzmán


La elección interna sería el 24 de febrero. Pero a Ismael le entró pánico y llevó a sus niños a que se arrodillaran ante Lencha, la esposa de Laureano, aquel personaje de “Los polivoces”. Y ahí muy ordenaditos expresaron en coro: “¡Mamá, soy mansito y no haré travesuras!” así, San Jorge bendito amarró a sus chamaquitos. Atrás estaba don Ismael con el script para corregir cualquier desviación.

Pisotearon los estatutos del PRI, los acuerdos del Consejo Estatal que determinó que la elección interna fuera por delegados en una convención, violaron su propia convocatoria que señaló fechas de inscripción para el 10 de febrero, y el 24 para la convención y elección del candidato a gobernador del PRI. No quedó nada por violarse. Por ello, cuando el hijo de don Nabor iba a ungirse ante los burócratas acarreados en la plaza Cuarto Centenario, el cielo no lo dejó cayó agua de sal y el cándido candidato se quedó vestido y alborotado. Si don Jorge Herrera Caldera es creyente, como no queriendo debe cavilar sobre ese mensaje del cielo.

Es un augur de mala suerte, yo no creo en esas cosas, pero como dijo el gallego: “yo no creo en Dios, pero de que existe, ¡existe!”. Conocemos tan poco el mundo y la vida, que la ciencia y la razón son insuficientes para explicarnos el milagro de la vida, la existencia del universo y la muerte. Sí creo en las corazonadas, en ese sexto sentido que no sé qué es, pero que en ciertas circunstancias es operativo. Es inexplicable, pero me ha servido en la vida. Así que don Jorge, prepárese porque ni los dioses están con usted. Esto sí que le cayó como agua fría. Le aguaron la fiesta, no será usted un candidato aguado, pero sí aguanoso.

Su mánager le va a decir que lo que cayó ayer fue agua bendita, pero las cosas que mal empiezan mal acaban. Nada les costaba ser decentes y respetar las normas y procesos que ustedes mismos establecieron. Ismael demostró demasiado miedo con la ruptura de Aispuro y con su postulación. Como si con el hecho de que fuera el primer candidato postulado le diera alguna ventaja.

El pueblo votará por el candidato del cambio y nada más; y desgraciadamente, Herrera Caldera trae la bandera de la continuidad, de un estado de inseguridad, de crímenes, de secuestros, ineficiencia y corrupción. Ni los priistas votarán por este programa. Porque este es su programa real de gobierno. Lo que va a exponer en la propaganda serán demagogia y mentiras. Ya sabemos el esquema de sofismas de las campañas políticas. La realidad es que Caldera es una copia de Ismael, es su criatura y en cinco años nos dimos cuenta lo que hace Ismael. Esperar que Herrera Caldera haga algo diferente, es como hallar ballenas en un desierto.

El agua de sal que cayó el martes 2 de febrero, hizo que el candidato del PRI cambiara de escenario y se fuera a una carpa, a las carpas de la feria. Como si tal hecho fuese promisorio de lo que nos espera, más circo, trapecistas, malabaristas y magos que descabezan, pero éstos si lo hacen de verdad.

En días pasados, el representante de los empresarios les dijo a sus pares una verdad de a kilo: “si no asumimos nuestro rol, vamos andar vendiendo gorditas en el periférico”. Cuando menos ya es buen síntoma que se den cuenta que los empresarios deben jugar el papel que les corresponde y no limitarse a firmar desplegados de apoyo del gobernante en turno. Es un grave error dejar la dirección de la política económica del Estado a personas que hayan nacido en Durango pero que son ajenas a Durango, no les interesa el desarrollo del Estado, a ellos lo que les urge es hacerse ricos en seis años. Traen hambre de todo, porque siempre han carecido de todo y la riqueza es el objetivo de su vida. Los empresarios necesitan ser empresarios de verdad y no solo de membrete, Durango es de todos, no es patrimonio de los desvergonzados sin patria y sin bandera, que más que políticos parecen piratas.

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