LA POBREZA Y LA DEMOCRACIA NO SON COMPATIBLES

Por: Gabino Martínez Guzmán

Cuando los priistas y panistas andan en campaña electoral, te prometen el oro y el moro, y hasta una quinceañera si es necesario. Pero cuando llegan al poder, te dan pura mad… Eso te lo han hecho cientos de veces. Te doran la píldora, luego te dan pan, agua y garrotazos, y tú sigues votando por ellos una y otra vez.

Me parece que sois como unos niños, o como uno de esos perros flacos y fieles que aunque le den de patadas regresa a echarse a los pies y a lamerle la mano al amo.

Eso me parece cuando veo en los mítines del PRI que vitoreas y aplaudes a rabiar a esos candidatos de papel y lidercillos de plástico.

Cualquier gobierno tiene la obligación de darle a todo ciudadano trabajo, comida, salud, educación y libertad. Si no lo hace, debemos quitarlo, tenemos el derecho de destruirlo. Pero tú duranguense, en vez de hacer eso, los vuelves a elegir; te prometen lo mismo y te vuelven hacer lo mismo, y de nuevo los vuelves a elegir.

¿Nunca vas a madurar? ¿Nunca llegarás a ser ciudadano? ¿No tienes ni 100 gramos de inteligencia para saber que te están engañando?

Creo que inteligencia es lo que te sobra, más bien creo que el pueblo es masoquista. Ni modo, cada quien disfruta la vida a su manera; y hay que respetar el modo de querer de cada quien.

Esta relación entre el pueblo y los políticos, es igual a la que existe entre el padrote y una prostituta. Aquél explota y golpea a ésta, pero ahí está la pobre mujer arrastrándose a sus pies. Lo dicho, cada quien tiene su modo de querer…

A lo mejor ya se les hizo un acto reflejo: promesas, voto, y luego viene la chinga. De nuevo promesas, el voto y luego la chinga, y vienen otra vez las promesas y otra vez el voto y otra vez la chinga, y así ¿hasta el fin de los siglos? En este momento es el tiempo de las promesas, y tú ya estás desesperado por ir a votar por el PRI. Lo harás y luego vienen seis años de chinga. Pero vendrá otra vez el carnaval de promesas y tú volverás a votar por el PRI.

O quizá esto sea lo mejor para Durango y para México, puesto que es la voluntad de las grandes mayorías. Lo malo es que esa mayoría se obtiene con trucos, fraude, espejitos y chácharas.

Posiblemente la raíz de todo esto la encontremos en la pobreza, les voy a compartir lo que dice Ryszard Kapuscinski, relativo a la pobreza en su libro El mundo de hoy: “La pobreza es una subcultura. El pobre no solo es aquél que no tiene suficiente comida y ropa. Es alguien que vive en condiciones miserables, rodeado de otros pobres y en medio de una pobreza generalizada del que no se ve salida alguna. No sólo vive, sino que también piensa de manera diferente. En su momento, Orwel se sometió a sí mismo a un experimento consistente en descubrir cómo cambiaba la psicología del hombre hambriento. Se alojó en refugios para los «sin techo», pasó hambre y observó qué ocurría con su cuerpo y mente cuando no tenía nada de dinero ni para comer. Y él, hombre de letras y de inteligencia brillante (y extraordinario reportero), descubrió que la persona con el estómago vacío empieza a pensar en lapsos cada vez más cortos. No se plantea qué ocurrirá al día siguiente, sino qué podrá meterse a la boca ya, al instante. La persona hambrienta es incapaz de pensar en términos abstractos, los únicos que permiten emprender intentos de salir de una situación desesperada. Así que es la propia pobreza la que condena al hombre a perpetuarse en ella; nunca saldrá de su condición sin su ayuda, un apoyo, un impulso que reciba desde el exterior”.