Por: Gabino Martínez Guzmán
El Instituto Estatal Electoral y Participación Ciudadana, demostró que es un árbitro parcial e incompetente. En forma arbitraria y absolutista fijó la mecánica del debate entre los candidatos a gobernadores y las conductas que debían observar tanto los participantes como el público asistente.
Determinó que no se permitiría la presencia de grupos partidistas 200 metros a la redonda del lugar donde se realizaría el evento, pero los primeros en violar esa determinación fue el PRI, quien se posesionó de la Plaza IV Centenario con grupos con garrotes en las manos. Prácticamente no se podía pasar al lugar donde se efectuaría el evento. Este hecho fue tolerado por las autoridades electorales pese a que sus disposiciones eran violadas abruptamente.
El presidente del comité es un cínico superlativo, puesto que afirma que los representantes de los partidos fijaron el debate, los temas, la mecánica y la fecha. Cuando todo ello es totalmente falso de toda falsedad, puesto que el IEE y PC y su patrón el PRI, fijaron todo lo relativo al debate, temas mecánica y fecha, todo ello en forma arbitraria. Al suscrito le notificaron la fecha 24 horas antes de su celebración, lo cual consideré un albazo o madruguete.
Al moderador lo sacaron de un bombín, y sucedió lo que tenía que suceder, que perdió el control del evento y aquello se convirtió en la torre de babel. No se respetaron los temas, cada quien hablaba de lo que se le ocurría, sin que tuviera relación en el tema a debatir. Al suscrito le recortó los tiempos y a Jorge se les alargaba y le querían permitir que hablara cuantas veces deseara.
Si el IEE y PC carece de capacidad para organizar un simple debate, ¿estará capacitado para realizar un proceso tan complejo como son las elecciones? El presidente de ese Instituto, no tiene carácter y se deja mangonear por los priistas como si fuera una marioneta, en estas condiciones no es un árbitro confiable para llevar a cabo las elecciones. Además trae los escrotos vacíos, pues no puede imponerse ni a un simple y humilde mozo.
El gobernador debe removerlo de inmediato, si desea llevar el carnaval en paz, de lo contrario, el mismo presidente va a crear los problemas, cuyo final es impredecible, pues estamos inmersos en un ambiente inflamable.
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